La marca de origen alemán cumplió 100 años en este 2024. Su vínculo con el Partido Nazi, en cuyo régimen esclavizó a obreros judíos, es un mal recuerdo que el tiempo le ayuda a cicatrizar.
A Hugo Boss lo llamaban el “sastre de Adolf Hitler”, ya que en sus inicios, el dueño de esta marca de ropa proveía de uniformes al Ejército y Policía de Alemania o del Tercer Reich (imperio), como promulgaba el Partido Nacionalista Obrero Alemán (NSDAP), llamado popularmente Partido Nazi.
La empresa tuvo un estrecho vínculo con el régimen de Hitler, así lo reconocieron sus propietarios en el libro «Hugo Boss, 1924-1945. Una fábrica de ropa durante la República de Weimar y el Tercer Reich», que se publicó en 2011.
Fundada en 1924 en Metzingen, al sur de Alemania, por Hugo Ferdinand Boss y varias familias judías, quienes lideraban el segmento de negocios textiles, la factoría tomó un giro radical pocos años antes de la Segunda Guerra Mundial, pues el mismo Boss hizo denuncias ante el Partido Nazi para dejar fuera de participación a los judíos, nada difícil de conseguir, en vista de que los nazis comenzaron a despojar de todos sus bienes a los semitas.
Fue así como Boss, además de demostrar su lealtad con el Partido Nacionalista, pasó a ser uno de los grandes proveedores de uniformes de esa organización política, a la que empezó a abastecer en 1931 y tal fue la influencia de la ideología de esa agrupación, que la empresa no estuvo exenta de los abusos que caracterizaron al nacionalismo hitleriano.
No por nada, en el libro, que fue financiado por los accionistas de BOSS, la casa de moda reconoció que durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) la fábrica utilizó a 140 trabajadores de manera forzosa, la mayoría de ellos eran mujeres judías de Francia y Polonia. Otros 40 obreros eran prisioneros de guerra franceses.
Según estimaciones, la factoría Hugo Boss AG habría confeccionado más de 3’000.000 de uniformes militares para la SA, SS y la Wehrmacht.
El libro, que fue escrito por el investigador Roman Koester, sirvió para que BOSS exprese sus disculpas públicas a quienes sufrieron los daños y penurias provocados por la fábrica mientras duró el régimen Nazi.
Para reparar estos perjuicios, luego de la Segunda Guerra Mundial, a la empresa se le impuso una multa de 80.000 marcos alemanes y se le prohibió realizar negocios durante tres años. Reabrió en 1948; se enfocó en producir ropa para hombres, tanto trajes formales como prendas casuales.
Una nueva etapa
La compañía cambió el nombre de Hugo Boss AG a BOSS en 1970 y empezó su expansión a escala internacional a través de la confección de ropa elegante para hombres y mujeres, vestuario que gozó de la aceptación general hasta colocarse como una de las líderes de la moda a nivel global.
Entre sus campañas publicitarias son muy recordadas las que hizo con celebridades como Gwyneth Paltrow, Orlando Bloom y Ryan Reynolds. O los patrocinios que brindó a grandes eventos deportivos como el Campeonato Mundial de Fórmula 1 y el torneo de golf Ryder Cup.
El esplendor de sus creaciones la llevó también a ganar importantes premios de moda, entre ellos el CFDA a la moda masculina en 1996 y el GQ al mejor diseñador de ropa masculina en 2003.
En 1999, sobrevivientes y familiares de los trabajadores esclavos que la industria alemana tuvo en la Segunda Guerra Mundial demandaron al Gobierno e industria alemanes, por lo que se acordó la creación de un fondo de 5,1 mil millones de dólares para compensar a los perjudicados. La compañía BOSS aportó 752.000 euros.
Hugo Ferdinand Boss, que nació en Metzingen el 8 de julio de 1885, únicamente gozó de su empresa durante el auge del Tercer Reich, ya que murió el 9 de agosto de 1948, año en que reabrió su fábrica pero centrado en la elaboración de uniformes para trabajadores de correos y policías.
En 1992, la familia Boss vendió la empresa al grupo italiano Marzotto SpA, fabricante textil, que desde entonces es el propietario de la mayoría de las acciones. Otro de los accionistas importantes es el británico Frasers Group.
La compañía cerró 2023 con una cifra de negocio de 4.197 millones de euros ($4.593 millones), un 15% más que en 2022. El ebit de la marca fue de 410 millones de euros ($448 millones), un 22% más que en año fiscal precedente.