La multinacional peruana justifica su política de no recurrir a testear sus innovaciones en especies domésticas o salvajes. A través de alternativas como las pruebas in vitro consigue entregar calidad sin aumentar sus precios para el consumidor.
Presionadas por la tendencia ambientalista de las nuevas generaciones, cada vez más creciente a nivel global, las grandes industrias, incluida la cosmética, reducen progresivamente los procesos de producción que constan de pruebas en animales.
Para esto, las corporaciones se apoyan en el desarrollo de tecnología que permite la elaboración de productos afines con el cuidado de la naturaleza.
En Europa, los países miembros de la Unión Europea cuentan con legislaciones que impiden la experimentación en animales para la fabricación de cosméticos; leyes similares rigen en Noruega, Islandia, Reino Unido; además de Nueva Zelanda en Oceanía o Colombia y Chile en Latinoamérica.
En Ecuador no existe una legislación que proteja a los animales; la Ley Orgánica de Bienestar Animal (LOBA) continúa en estatus de proyecto, y aunque el uso de animales para el testeo de distintos artículos o estudios académicos no es evidente, es posible que exista; se haría sin protocolos que eviten el maltrato o sufrimiento de las especies.
Por esta razón, en opinión de Elsa Grández Garay, gerente de sostenibilidad y comunicación externa de Belcorp, son importantes todas las iniciativas de respeto a los animales; califica como preponderante el uso de cosméticos libres de crueldad contra las especies, sean domésticas o salvajes.
«La innovación y la ética pueden ser grandes aliados para ofrecer alternativas de alta calidad a los consumidores, sin comprometer el bienestar de los animales», manifestó. Expuso cuatro razones relevantes que evidencian la importancia de esta práctica:
Elegir opciones que promuevan el respeto por el medioambiente y las especies animales, agregó Grández, es una forma de construir un futuro lleno de posibilidades para todos, una práctica que debe afianzarse en diversos sectores de la sociedad para lograr cambios sustanciales.
«Estamos convencidos de que esta es la mejor manera de actuar, por ello, nuestras marcas L’BEL, ésika y Cyzone cuentan con la aprobación del Programa Leaping Bunny de Cruelty Free Internacional, la cual demuestra nuestro compromiso genuino con la eliminación de las pruebas en animales en todo el mundo”, indicó.
Elaborar cosméticos y otros productos de cuidado personal sin experimentarlos en animales, es otra de las aristas de la misión social de Belcorp, que ofrece empleo de venta independiente a más de 900.000 mujeres en América Latina.
La multinacional peruana está presente en Colombia, Chile, México, Bolivia, Guatemala, Puerto Rico, El Salvador, República Dominicana, Ecuador, Costa Rica, Estados Unidos, Panamá y Suiza. Para mayor información, visite http://www.belcorp.biz/.